El origen de las Fallas

La historia de esta popular festividad hace que hoy en día sean tan espectaculares. Unas fiestas con tradición, color, gastronomía, fuego, música y sobre todo mucha alegría. Te contamos el origen de una de las fiestas más grandes de la Comunidad Valenciana. Como seguramente ya sabréis; ¡se acercan las fallas! Los falleros y falleras empiezan a reunirse en los casales para dejar todo listo para los grandes días e ir creando el ambiente festivo. Así que es momento de conocer la historia de las fallas, para que al llegar el 15 de marzo tengas la lección aprendida.

El origen de la fiesta de las Fallas se remonta a la antigua tradición de los carpinteros de la ciudad, que en vísperas de la fiesta de su patrón San José, quemaban frente a sus talleres, en las calles y las plazas públicas, los trastos inservibles junto con los artilugios de madera que utilizaban para elevar los candiles que les iluminaban mientras trabajaban en los meses de invierno. Es por eso, que el día de la “cremà”, cuando se queman todos los monumentos falleros, siempre coincide con el 19 de marzo, festividad de San José.

En el siglo XVIII estas fallas fueron evolucionando y cargándose de sentido crítico e irónico, mostrándose sobre todo escenas que reproducían hechos sociales censurables. En 1870 se persiguió duramente los festejos populares de las Fallas, una represión que provocó que en 1885 surgiera un movimiento en defensa de las tradiciones típicas, otorgando la revista “La Traca” premios a los mejores monumentos falleros. A partir de este momento se inició el sentido de competición entre los vecino, lo que dio lugar al nacimiento de la falla artística, donde no desaparecía la crítica, pero predominaba la preocupación artística.



En 1901, el Ayuntamiento de Valencia empezó a otorgar los primeros premios municipales a las mejores fallas. Lo que se entendió como un comienzo de la unión entre el pueblo y el poder político, y favoreció a que esta fiesta popular creciera en número, estructura y organización. 

El primer concurso de carteles para hacer promoción a la fiesta se creó en 1929, y unos años más tarde se instauró la Semana Fallera. Fue en estos años cuando las fallas se convirtieron en la fiesta mayor de la Comunitat Valenciana, llegando en la actualidad a quemarse más de setecientas fallas entre grandes e infantiles, sólo en la ciudad de Valencia. 

Es así como Valencia, ciudad ejemplo de modernidad, puerto del Mediterráneo y capital de grandes eventos, se transforma en marzo para convertirse en una ciudad entregada a su fiesta, música y sobre todo a la pólvora.



Las Fallas se han convertido en las fiestas del fuego por excelencia, y han conseguido mantenerse desde hace siglos igual o más espectaculares. Así recibe la ciudad de Valencia la entrada de la primavera, entre bandas de música, estruendos de las “mascletàs”, y más de 700 monumentos falleros y algunos de 25 metros de altura. 

Durante los días de Fallas, en la ciudad se vive no sólo un ambiente extraordinario sino también un tiempo excepcional, que augura una primavera increíble. Además esos días, la capital del Turia se convierte en peatonal, para que puedas acudir con tranquilidad a la cita de las 2 en la Plaza del Ayuntamiento, donde vivirás la “mascletà”. Este acto es un verdadero espectáculo para los sentidos, oirás los “masclets”, verás el fuego y el humo, olerás la pólvora y sentirás como todo tu cuerpo vibra.